“Preferimos vender menos y de calidad que mucho y malo” (Alejandro Garrido, Clínica de la Bicicleta)


Entrevistamos a Alejandro Garrido, de la malagueña Clínica de la Bicicleta, centrada en el ciclismo urbano. Y como no podía ser de otra manera, una de las tiendas que estarán presentes en la próxima edición de los E-Bike Days by Cofidis en la ciudad andaluza, los días 3 y 4 de noviembre.

Háblanos de la Clínica de la Bicicleta. ¿Cuándo, cómo y por qué nació este negocio?

Todo arrancó hace ahora ocho años. Empezamos en primavera de 2011, en plena crisis. Aunque en realidad fue algo bastante fortuito y progresivo. Mi socio y yo, que somos amigos desde la adolescencia, estábamos investigado la posibilidad de abrir nuevas fronteras laborales. Él pasó un tiempo de Erasmus en Suiza y se ganó la vida arreglando bicicletas en la residencia universitaria en la que vivía. Mientras él estaba fuera yo me dediqué a comprar viejas bicicletas y restaurarlas para después venderlas. A su regreso, nos dimos cuenta de que cada vez más estudiantes de Erasmus venían a Málaga en busca de buen tiempo y fiesta. ¡E inexplicablemente usaban la bicicleta!

Así que ellos fueron vuestros primeros clientes…

Exacto. Empezamos a trabajar en una casa vieja de mi familia que teníamos como trastero. A través de un anuncio vimos que un negocio de alquiler de bicicletas buscaba a alguien que supiera de mecánica y dominara el inglés. El dueño se acabó mudando y nos alquiló la mitad del local. Ahí empezamos de manera oficial. En aquel momento fue clave la ayuda de amigos como Campos Lorca, que nos apoyaron desde el principio con materiales, bicicletas de exposición y sabios consejos sobre el mundo del ciclismo. 

Y de la segunda mano, pasasteis a la bicicleta nueva.

Sí: con la llegada de plataformas como Wallapop empezamos a perder la capacidad de vender bicicletas restauradas. Pero siempre hemos confiado siempre en vender menos y de calidad que mucho y malo. Fichamos por Kalkhoff y con ellos hemos afianzado en Málaga una marca de referencia. Y también trabajamos con marcas españolas muy honestas y fiables como Legend y Ossby, con las que estamos muy contentos.

¿Qué esperas de los E-Bike Days?

Que contribuyan a fomentar la bicicleta como medio de transporte para la ciudad. Sinceramente, los ciclistas urbanos tenemos una lucha muy complicada en Málaga: tratamos de convencer a la gente de que la bici urbana no es la bici de montaña. Parte de nuestra labor es machacar con ese tema: traer bicicletas urbanas, híbridas o de cicloturismo. Por eso un evento como este es una buena oportunidad para dar a conocer las bicicletas eléctricas.

¿Qué hace falta para que más malagueños se suban a la bici?

Voluntad política. Hoy por hoy, es la gente la que está haciendo que se utilice más la bicicleta. En tiempos de crisis pensamos que la gente se lanzaría a pedalear. Y en cierto modo así fue: tenemos clientes que empezaron comprando bicicletas de 50 euros y ahora se han pasado a una Kalkhoff. Clientes a los que, en cierto modo, hemos educado en la cultura del ciclismo urbano. Pero no nos lo ponen fácil: no hay calles 30 ni apenas hay espacios peatonales ni carriles bici. Y los que existen están hechos por gente que nunca ha montado en bicicleta. Málaga tiene muchas posibilidades, pero como siempre todo es una cuestión de política. Otras ciudades con otros partidos en el gobierno han apostado por ella de una manera más clara, como Sevilla o incluso otras mucho más pequeñas como Jerez.

De cara al futuro, y en esa transformación tan necesaria para la ciudad, ¿qué papel crees que pueden jugar las bicicletas de pedaleo asistido?

A veces pienso que llegamos tarde. Una vez al año vamos a la sede de Kalkoff en Alemania. Y es entonces cuando nos damos cuenta de que estamos a la cola en todo. No sólo en comparación con Alemania, también frente a países como Francia. En el último viaje, el dueño de una tienda de Tolousse me contaba que facturaba 50.000 al mes sólo en bicis eléctricas. Eso ocurre porque hay una apuesta clara por parte de las administraciones: hay ayudas para la compra de e-bikes, ventajas fiscales, pluses para los trabajadores que pedalean hasta la oficina… Mientras, aquí seguimos fomentando el sedentarismo y utilizando 100 coches para que 100 personas vayan al centro de la ciudad.

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